El trial del caminante


Proverbios y cantares (XXIX)
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
Caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
Antonio Machado

Labrarse el camino. Eso es lo que le dicen a uno cuando está comenzando a incursionar en cualquier novedad en la vida. Bien sea una empresa, una nueva carrera, un nuevo empleo, un nuevo estilo de vida, una nueva relación, la crianza de los hijos, todo el tiempo lo único que le pueden decir a uno los veteranos de la vida de la manera más sabia y mística: el camino se hace a fuerza de paso.

Ot Pi en Corona Del Mar, California 1988.
Foto de Patty Mooney
Eso pasa en el bici trial, deporte que nació con el catalán Ot Pi, cuando su padre le dijo que practicara trial en una bicicleta para luego hacerlo en moto, pero al parecer la máquina propulsada a pedalazos convenció más al hijo que los ronroneos del motor. El balance, el equilibrio, el control de los frenos, la paciencia, el método, la técnica, la resolución y un baldado de agallas es lo mínimo necesario para practicar este deporte. Ot Pi abrió el camino.

Macaskill at The Ridge
Macaskill front flips over a fence
Un grande y admirable practicante de trial, el escocés Danny Macaskill, no sólo busca labrarse el camino en su bicicleta, sino que vive en la constante búsqueda de espacios dónde labrar dicho camino. Y con la bicicleta cargada en van, canoa o al hombro, Danny llega a indómitos parajes escoceses a los que ni siquiera las cabras sueñan con llegar. Para él, el dicho más loco que una cabra aplica a nivel literal. Pero no sólo incursiona en lo desconocido, sino que resignifica los espacios cuando se monta sobre un tejado y desde allá se baja haciendo un giro en tres-sesenta o cuando llega a un castillo y el adarve se vuelve una pista de cuerda floja ciclística, o cuando una zanja entre megalitos se transforma en un reto para acortar brechas.

Macaskill from Edinburgh to Dunvegan

Y así, los trialistas, como los innovadores o incursionadores en la vida, al ver un arrume hostil de piedras ven un camino posible. Y cada avance demanda total atención, pues de distraerse siquiera un segundo, los raspones, descalabradas, roturas óseas y rupturas de ligamentos serán el efecto inmediato. He ahí la diferencia entre quien se entrega con coraje a la incursión y quien se queda quieto debido al miedo. La vida carece caminos definidos, lo que pasa es que los antepasados que se atrevieron a andar forjaron vías que luego se transmitieron de generación en generación. He ahí el nacimiento de la tradición, el asentamiento de la técnica, el pulimento de los pasos y el establecimiento del camino. Pero aún así, después de años de incursión y establecimiento, ensayo y error, no dejan de faltar aquellos que vislumbran nuevas posibilidades, nuevas vías, nuevas formas, nuevas variedades, pues muchas veces los caminos forjados con anterioridad por los pioneros no eran más que el reflejo de su propia genialidad y limitación, por lo que es necesaria la frescura ingenua del aprendiz para renovar el abanico de posibilidades.

Cada quien es dueño de sus pasos. Cada quien decide hacia dónde los dirige. Quien se deja llevar por la corriente quizá a veces fluye, pero en otros momentos puede estar atascado en el torrente. Observar para medir y sopesar, y así tener la certeza y confianza necesarias a la hora de actuar. Eso sí, una vez tomado el camino, lo mejor es estar determinado a seguirlo, pero mantener la flexibilidad en mente que mutará constantemente y así como en un momento fue llano y liso, al instante podrá ser rocoso y sinuoso y, de ser necesario, toca devolverse, abandonarlo o cambiarlo, pues la sensatez regula la osadía, siendo uno de los mayores peligros de los forjadores de caminos la seguridad ciega, máximo enemigo del porvenir y el bienestar.

De modo que la vida muestra el camino y dice: “Ahí está el punto de arranque,” y queda a cada quien tomar la oportunidad y dar el primer paso. Nadie camina por uno, y aunque obvio, quien no camina, se queda en el mismo lugar.

Macaskill on The Ridge
__________________
Felipe Robayo

Comments

Popular posts from this blog

La cumbre en el camino

Deportiva Reflexión No. 5 - Concierto para desarmar

Deportiva Reflexión No. 4: Colombia, Supertazón de Mentiras